En su reciente mensaje presidencial por 28 de julio, Alan García proclamó: "No creemos en el Estado propietario, no creemos en el Estado burocrático que ha fracasado y continúa fracasando en los países donde se aplica"; creyente del fundamentalismo liberal para el que toda empresa estatal per se es ineficiente, el presidente ha continuado el proceso de privatización de Sedapal, que ahora ya no es una empresa pública sino público-privada por una serie de mecanismos que desde Toledo vienen implementándose.
Sea un bien de consumo o un factor de producción, el agua no puede someterse a las leyes del mercado como pretende el liberalismo a ultranza; ya se ha intentado en Bolivia con la consecuente "Guerra del agua" que movilizó a la población en contra del estado privatizador en el año 2000.
El agua es un bien público, lo que se demuestra irrefutable en el documental: Flow - For Love Of Water. Después de verlo otra es la forma de beber agua embotellada, sabiendo que corporaciones como Nestlé y Coca Cola actúan como grandes depredadoras de ecosistemas en el mundo.