Pensar a qué razones obedece las diferencias existentes entre los parlamentarios suecos y los de América Latina obliga a revisar la historia del colonialismo. Sólo de ese modo puede entenderse por qué la sociedad justifica el lujo y privilegios de sus representantes políticos; durante el coloniaje los virreyes y la nobleza criolla tuvieron enormes poderes -hasta el abuso y la explotación-, que con la llegada de la República, los mismos se trasladaron a militares y burgueses. Una población descendiente de indígenas y esclavos que vivieron sumidos en la ignorancia sin carta de ciudadanía durante siglos, nada hace para asignar a los políticos el verdadero rol que les cabe, la de servidores públicos cuyo objetivo es garantizarnos el bienestar común y no el bienestar de sus personas.
Habría que generar opinión pública para cambiar esta situación; ¿acaso es imposible que tengamos parlamentarios probos que trabajen sin privilegios como en Suecia?
Habría que generar opinión pública para cambiar esta situación; ¿acaso es imposible que tengamos parlamentarios probos que trabajen sin privilegios como en Suecia?