El pensamiento instrumental, que tiene su principal expresión en la tecnología moderna y la especialización técnica y científica, ha llevado a la humanidad a niveles inéditos de avances en la capacidad de producir bienes, sin que ello signifique necesariamente una mejor calidad de vida para la gente. No debería importarnos cuantas cosas producimos, sino cuanta vida (o libertad) genera dicho proceso productivo. Así, la contaminación puede convertirse en una restricción a la libertad.
Además debe tenerse claro que la crisis ambiental es una consecuencia no deseada de esta modernidad. La solución no es más modernidad como la descrita, sino una nueva que entienda el carácter profundamente político y ético de la situación y que convierta ésta afirmación en reformas institucionales profundas. Entre otras cosas, esto implica una radicalización de la democracia, en una reconexión con la sociedad civil, con la ciudadanía, y un debate intenso de las soluciones a riesgos locales, nacionales y globales, incluyendo desde luego los ambientales.
Así, hablar de ciudadanía ambiental implica:
a) Entender que en la base de la crisis ambiental se encuentra una crisis ética y política, expresada en la incapacidad de las instituciones locales, nacionales y globales de enfrentar eficazmente los riesgos ambientales.
b) Que en consecuencia, enfrentar la crisis implica asumir la agenda de la reforma de las instituciones sobre la base de una visión de la ética que construya consensos fundamentales sobre la base del diálogo y el reconocimiento mutuo.
c) Que, la ciudadanía ambiental es una dimensión de “la ciudadanía”, que enfatiza los derechos y responsabilidades con el ambiente, y que ve en el ciudadano y la ciudadana los actores centrales de un cambio hacia la sostenibilidad y la equidad.
d) Que, se debe orientar el ejercicio de la ciudadanía hacia la construcción de la institucionalidad democrática, local, nacional y global que nos permita enfrentar en buen pie los retos y desafíos de la crisis ambiental.
Por lo tanto, la Ciudadanía Ambiental alude a una dimensión de la ciudadanía que incorpora lo ambiental en el conjunto de derechos y deberes de la persona así como a la reforma de las instituciones sociales, económicas y políticas que enmarcan los procesos de toma de decisiones con contenido ambiental en nuestra sociedad.
Grupo Técnico Nacional de Ciudadanía Ambiental
Además debe tenerse claro que la crisis ambiental es una consecuencia no deseada de esta modernidad. La solución no es más modernidad como la descrita, sino una nueva que entienda el carácter profundamente político y ético de la situación y que convierta ésta afirmación en reformas institucionales profundas. Entre otras cosas, esto implica una radicalización de la democracia, en una reconexión con la sociedad civil, con la ciudadanía, y un debate intenso de las soluciones a riesgos locales, nacionales y globales, incluyendo desde luego los ambientales.
Así, hablar de ciudadanía ambiental implica:
a) Entender que en la base de la crisis ambiental se encuentra una crisis ética y política, expresada en la incapacidad de las instituciones locales, nacionales y globales de enfrentar eficazmente los riesgos ambientales.
b) Que en consecuencia, enfrentar la crisis implica asumir la agenda de la reforma de las instituciones sobre la base de una visión de la ética que construya consensos fundamentales sobre la base del diálogo y el reconocimiento mutuo.
c) Que, la ciudadanía ambiental es una dimensión de “la ciudadanía”, que enfatiza los derechos y responsabilidades con el ambiente, y que ve en el ciudadano y la ciudadana los actores centrales de un cambio hacia la sostenibilidad y la equidad.
d) Que, se debe orientar el ejercicio de la ciudadanía hacia la construcción de la institucionalidad democrática, local, nacional y global que nos permita enfrentar en buen pie los retos y desafíos de la crisis ambiental.
Por lo tanto, la Ciudadanía Ambiental alude a una dimensión de la ciudadanía que incorpora lo ambiental en el conjunto de derechos y deberes de la persona así como a la reforma de las instituciones sociales, económicas y políticas que enmarcan los procesos de toma de decisiones con contenido ambiental en nuestra sociedad.
Grupo Técnico Nacional de Ciudadanía Ambiental